Chequeando la salud del gato en casa
Para evitar que un
simple trastorno se convierta en un problema grave es preciso detectarlo a
tiempo. A menudo, las personas que observan con atención a sus animales y están
familiarizadas con sus hábitos pueden percibir que algo va mal antes de que
aparezcan los primeros síntomas.
Algunos veterinarios
recomiendan someter al gatito a una breve revisión semanal en casa. Este examen
se hace en apenas unos minutos, y puede prevenir problemas y gastos
innecesarios.
Comience frotándole el
cuerpo. De este modo, el animal se relaja y no se resiste al examen. Además,
sus dedos pueden descubrir alteraciones que escapan a la vista.
Costras o
descamaciones. Pueden ser indicios de parasitosis, alergias o problemas de la
piel.
Bultos o
protuberancias. Con frecuencia, éstos se presentan a consecuencia del proceso
normal de envejecimiento, pero en ocasiones pueden ser indicaciones de una
enfermedad grave. Detectarlos a tiempo será de enorme ayuda para su mascota.
Las vértebras. Si puede
percibir con facilidad todos los huecos y protuberancias de la columna
vertebral del animal, es probable que éste padezca algún trastorno que le haga
perder peso. Sin embargo, si le resulta imposible palparle la columna, puede
que tenga un problema de sobrepeso.
Hinchazón. Según la
zona donde se detecte, puede tratarse de un indicio de parasitosis, trastornos
cardíacos o incluso cáncer.
Oiga su respiración. A
menos que el animal jadee a consecuencia de un esfuerzo o una carrera, su
respiración debe ser regular y tranquila. Si es agitada, ronca o con «ruidos»,
el animal podría padecer un problema respiratorio que ha de tratarse
oportunamente.
Controle su pulso. Los
latidos cardíacos deben ser fuertes y regulares. Para tomarle el pulso a su
animal de compañía, coloque la mano sobre el lado izquierdo de su pecho, junto
al codo. Cuente el número de pulsaciones en 15 segundos y luego multiplíquelo
por 4.
En los gatos, el pulso
normal suele ser de unas 120 pulsaciones por minuto. En los perros, el ritmo
varía entre 60 y 120 pulsaciones. (Tenga en cuenta que el corazón de los bebes gatitos
siempre laten con mayor rapidez.) Si el pulso del animal está muy por encima o
por debajo de estos valores medios, consulte al veterinario.
Examine las orejas.
Deben tener una coloración rosada y estar limpias. La presencia de olores
desagradables, secreciones o rojez pueden ser síntomas de infección.
Examine los ojos. Deben
estar brillantes y limpios. La presencia de hinchazón, estrabismo, irritación o
secreciones pueden ser indicios, entre otros trastornos, de conjuntivitis o de
glaucoma.
Observe el interior de
la boca. Las encías saludables suelen ser rosadas, aunque en algunas razas
tienen una tonalidad natural marrón o negruzca. Después de apretar las encías,
éstas deben recuperar rápidamente el color habitual.
Observe con atención si
dentro de la boca del animal hay bultos u otras irregularidades. Compruebe si
los dientes están cubiertos de sarro de color amarillento. Luego, huela: el aliento
de su animal de compañía no debería descomponerlo.
En términos generales,
manténgase alerta a los cambios en el apetito, la forma de andar, frecuencia de
defecación y la conducta del gatito. Si nota alguna irregularidad, consulte al
veterinario
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